martes, noviembre 11, 2008

Cuando los instrumentos no están a la altura de los objetivos

Son prácticamente tres años desde que Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia. Tres años en que la agenda política se ha sobrepuesto a lo importante. Tres años con resultados de bienestar dudosos. Tres años con una clara caminata a ciegas en lo económico. No tomaré posición en cuanto a los resultados sociales, ya que creo requieren mucho más tiempo para ser evaluados en sus falencias y victorias.

Muchas personas culpan al gobierno de los escasos resultados en la calidad de vida de los bolivianos. El gobierno culpa a los anteriores gobernantes y actual oposición de estos pobres resultados. Ambos mienten en hacer creer que una CPE o una Ley nos brindarán las comodidades del primer mundo. Creo que ambos tienen grados de culpa, ¿la ponderación? seguramente parecida para ambos sectores. Unos no pueden/saben gobernar y los otros no dejan gobernar. Unos dicen tener una visión de país (mala o buena), pero no los instrumentos para llevarla a cabo. Los otros quieren un statu quo, por ser lo más conveniente y natural a sus intereses. Finalmente son pocos o casi ninguno quienes - en los hechos - buscan impulsar Bolivia como un todo.

Pero ¿cuál es el fondo del problema? Creo que una de las causas importantes de todos nuestros males es la (falta de) educación de nuestra población. Empresarios con gran poder y precaria educación, clases empobrecidas con un analfabetismo funcional que seguramente figura entre los más altos del mundo.

¿Se puede llamar "empresario exitoso" a una persona que basa su beneficio en corrupción y mafias? ¿Se puede llamar "licenciado" a alguien que aprueba la universidad entre juergas, caporales y casi ningun libro? ¿Se puede potenciar a sectores pobres cuando prácticamente no entienden ni un cuento infantil? Mi respuesta dura pero realista a las anteriores preguntas es que NO. El bienestar de los bolivianos no pasa por una Ley, pasa por su educación, pasa por su productividad.

Surge una gran interrogante: ¿podemos apoyar a alguno de los dos lados cuando ninguno de ellos parece beneficiar efectivamente a Bolivia?

Cada persona es libre de dar su voto en base a sus intereses, pero sería útil que en toda la sarta de elecciones siguientes los bolivianos den una pequeña ponderación a la pregunta ¿mis intereses son compatibles con los intereses de mi país? ¿benefician a los otros bolivianos?

El pensar distinto, discrepar, luchar por intereses económicos es una base natural de la competencia empresarial. Pero en esto deberíamos coincidir todos, Bolivia es un estado y el objetivo de todos nuestros gobernantes y nuestra oposición debería ser competir contra los demás países, beneficiar primero a nuestra población, no poner la zancadilla al boliviano del lado. Creo que en este momento hemos perdido el norte. Mientras destruímos lo escaso que tenemos nos solazamos en nuestros logros nulos.

¿Y la educación? como siempre mal gracias.