jueves, octubre 08, 2009

Perdiendo y Ganando Oportunidades

Exáctamente 7 meses y dos días sin actualizar este blog. Bueno, retorné para despotricar un poco contra la situación en el país.

En general, cuando se trata de temas de corrupción soy bastante crítico y directo en mis opiniones. Sin embargo en algun momento me cuestioné si no estaba siendo demasiado duro con las personas de moral distraída ¿acaso los pobres esperarán que la justicia y los mercados funcionen para llevarse un pan a la boca? ¿acaso el gobierno no hace lo mejor que puede dado sus recursos (llámense por ejemplo educación, y $$$)? ¿acaso el corrupto tiene un gen de maldad que busca hacer daño?

Es cierto que cada persona es egoísta por naturaleza, pero ¿es natural que sea sólo egoísta? ¿Será el egoísmo desmedido la clave para nuestro retraso como país? Parecen demasiadas preguntas y habrá que enfocarlas desde alguna perspectiva. Parece justo, o por lo menos transparente enfocar el problema desde el punto de vista de las oportunidades.

Una persona tendrá en la vida un conjunto infinito de oportunidades sólo limitado por la imaginación. Estas oportunidades se transformarán en decisiones y acciones en el grado que maximicen la felicidad de cada persona. Pero no todas las oportunidades maximizan la felicidad. Para cada persona y por tanto cada caso particular, la felicidad se alcanza de distinta manera. Para algunos la felicidad implicará la felicidad de su entorno, para otros sólo la satisfacción propia, para otros el dinero, para otros la salud, para otros la educación y etc etc.

Entonces, suponiendo que una persona tiene infinitas oportunidades, y que puede elegir la que mejor le venga en gana para maximizar su felicidad ¿podemos culpar a un corrupto cuya felicidad se basa en el dinero y tiene la oportunidad de conseguir mucho dinero haciendo tratos que no beneficien al resto? o ¿podemos culpar a un pobre por robar y/o matar para vender un celular en 50 bs $$$? Después de todo estarían en pleno derecho de hacerlo (claro suponiendo que no existieran las leyes).

Acá es justamente donde entran en escena las leyes. Éstas deberían ser entendidas como instrumentos que limiten el conjunto infinito de oportunidades con el fin de alcanzar un nivel mínimo de felicidad AGREGADA. Si dejamos que la felicidad agregada de una sociedad sea sólamente la suma de las felicidades individuales proveniente de un conjunto irrestricto de oportunidades, es posible (yo creo que muy probable) que no podamos alcanzar ese mínimo de felicidad agregada.

De esta manera muchas sociedades llegaron a diversas convenciones sobre este conjunto de requisitos mínimos que deberíamos cumplir (si es que queremos ser parte de alguna sociedad! sino siempre queda la oportunidad de ser hermitaño) . Uno de los menos discutidos es aquella simple regla de: NO ROBARÁS.

Como todo este argumento aparentemente es costoso de internalizar en los individuos, quedan a mi limitado parecer, dos caminos para ejecutar y conseguir esa cuota mínima de felicidad agregada. 1) Aplicar la ley por las buenas o malas, y 2) esperar la buena predisposición de las personas a cumplir por propia voluntad la ley.

En Bolivia, el camino 2 fue desterrado (por convención tácita de los propios habitantes!). Sólo nos queda el camino 1, pero este debería ser aplicado por algun sujeto o institución que tenga internalizado, es decir que crea en todo este mecanismo que dá lógica a la existencia de mínimas normas sociales. Mientras no exista ese sujeto o institución, los caminos 1 y 2 se retroalimentan negativamente.

¿A qué viene todo este anállisis? A los repetidos casos de corrupción y despilfarro de dinero. Hoy YPFB, mañana el Mutún, Entel, etc etc. ¿Cuántos "Santos" estarán comprando sus nuevas casas? o lo que es lo mismo ¿cuántos "Santos" estarán disminuyendo mi felicidad?

Cuando entendamos que el daño nos lo provocamos nosotros mismos quizá la situación cambie. Mientras tanto, bienvenidos los grupillos de maleantes consumados abriendo agrupaciones políticas juveniles y no tan juveniles, bienvenidas las borracheras y tráfico de influencias, y bienvenidos los atropellos a la sociedad. Los entiendo, SÍ LOS ENTIENDO! esos grupos no enfrentan un conjunto de oportunidades restringido (digamos por el gobierno y el sistema judicial) y tampoco se los restringen asímismos debido a su falta de educación (sin querer entrar en lo moral).

Por el momento el país sigue perdiendo una inmejorable oportunidad de cambio, mientras que un pequeño grupo de bolivianos va ganando la oportunidad de enriquecerse a costa del resto.