El fenómeno Evo Morales merece y ha merecido muchos análisis. Yo no soy muy ambicioso y tampoco conozco el movimiento desde sus inicios, pero si puedo tratar de resumir lo que pasó y la situación días antes de las elecciones generales de diciembre de 2005. ¿Por qué Evo Morales y su gente contó con el masivo apoyo de la población en las últimas elecciones? Evidentemente hay muchas razones que suman causas a lo que sucedió. Primero, un voto castigo a los partidos tradicionales, que en vez de buscar la unidad de la gente trataron de desprestigiar a un líder por su poca educación “formal” sin darse cuenta que estaban ofendiendo a la mayoría de la población que en este país es iletrada o solamente cuenta con educación básica o secundaria. Es evidente que ya sabemos que no es necesario tener un título de Harvard cuando no existe voluntad ni vocación de servicio. Al punto al cual el país llego es tal que una buena educación es un plus, sin embargo la condición necesaria y suficiente (aquí y ahora) es tener un poco de honestidad y voluntad de hacer bien las cosas. Yo no creo que Evo Morales y menos aún los que lo rodean sean la Santa Madre Teresa, sin embargo creo que su nivel de dependencia y adicción a la droga llamada “poder y dinero” tiene aún un bajo grado de tolerancia, en palabras sencillas se emborrachan con poquito. Por otro lado recordemos a Gonzalo Sánchez, si buscamos la palabra ambición en el diccionario seguramente habrá una gran fotografía suya al lado. Él necesitaba millones para calmar su adicción y no se conformaba con migajas.
Segundo, la obviedad de que somos un país que tiene en mayoría absoluta ascendencia indígena. La señal de la llegada de un indígena al poder es buena por que rompe estigmas de clase que antes hacían impensable que un “indio” manejara al país. Sin embargo se han asomado actitudes que demuestran que los indios podrían tomar ahora una revancha, aunque el Excelentísimo Evo diga lo contrario, pero aquel es un tema aparte.
Tercero, la mano invisible de la economía, la cual trabaja siempre en algún grado tanto en economías formales como informales, legales como ilegales, corruptas y transparentes. La distribución de dinero en estos años se había hecho tan desigual que de alguna manera los que quedaban fuera del juego, del botín del gobierno, encontraron una manera de entrar a la repartija. Ya que no se pudieron unir a ellos, por que a “ellos” no les convenía repartir la torta entre más gente, entonces decidieron quitarles la torta, con estrategias que son dignas de Kasparov. Movieron el tablero de tal manera que dieron a la mayoría del país ventajas e incentivos para votar por Evo.
Cuarto, y no menos importante, la elección de un candidato vicepresidencial que indudablemente sumó al proyecto, ganando gran simpatía en las clases medias. Por que sí, crease o no con simpatía se pueden lograr muchas cosas en la vida. Sino preguntémosle a los vecinos del Mapocho donde su nueva presidente electa es más que nada un cúmulo de simpatía.
En resumen, un pésimo rival, una tribuna dormida que fue despertada, un sistema de rifas que promete río revuelto y una buena banca de suplentes marcaron la pauta de un equipo invencible.
La prueba clara se marcó en las urnas. En Diciembre de 2005 la mayor parte de la población boliviana asistió a los recintos para emitir su voto. Muchos pudieron votar, otros fuimos depurados. De los que votaron la mayoría optó por el cambio (bueno o malo), muchos a regañadientes, otros orgullosos, una buena dosis mintiendo y avergonzados, pero en mayoría ahora Bolivia, por un tiempo, como todo en Bolivia y en la vida, es MAS
Segundo, la obviedad de que somos un país que tiene en mayoría absoluta ascendencia indígena. La señal de la llegada de un indígena al poder es buena por que rompe estigmas de clase que antes hacían impensable que un “indio” manejara al país. Sin embargo se han asomado actitudes que demuestran que los indios podrían tomar ahora una revancha, aunque el Excelentísimo Evo diga lo contrario, pero aquel es un tema aparte.
Tercero, la mano invisible de la economía, la cual trabaja siempre en algún grado tanto en economías formales como informales, legales como ilegales, corruptas y transparentes. La distribución de dinero en estos años se había hecho tan desigual que de alguna manera los que quedaban fuera del juego, del botín del gobierno, encontraron una manera de entrar a la repartija. Ya que no se pudieron unir a ellos, por que a “ellos” no les convenía repartir la torta entre más gente, entonces decidieron quitarles la torta, con estrategias que son dignas de Kasparov. Movieron el tablero de tal manera que dieron a la mayoría del país ventajas e incentivos para votar por Evo.
Cuarto, y no menos importante, la elección de un candidato vicepresidencial que indudablemente sumó al proyecto, ganando gran simpatía en las clases medias. Por que sí, crease o no con simpatía se pueden lograr muchas cosas en la vida. Sino preguntémosle a los vecinos del Mapocho donde su nueva presidente electa es más que nada un cúmulo de simpatía.
En resumen, un pésimo rival, una tribuna dormida que fue despertada, un sistema de rifas que promete río revuelto y una buena banca de suplentes marcaron la pauta de un equipo invencible.
La prueba clara se marcó en las urnas. En Diciembre de 2005 la mayor parte de la población boliviana asistió a los recintos para emitir su voto. Muchos pudieron votar, otros fuimos depurados. De los que votaron la mayoría optó por el cambio (bueno o malo), muchos a regañadientes, otros orgullosos, una buena dosis mintiendo y avergonzados, pero en mayoría ahora Bolivia, por un tiempo, como todo en Bolivia y en la vida, es MAS
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